
La comedia Nacional de Uruguay trabaja dentro de la diversidad de textos, directores y estilos, la compañía combina el montaje de clásicos (como pueden ser La Celestina o diversas piezas de Lope de Vega y García Lorca, entre otros) con la apuesta de nuevos dramaturgos.
Constante es una versión de El príncipe constante de Calderón de la barca que la propia compañía describe así:
Hacer un clásico implica discutir y reafirmar su validez. Ponerse en la línea de su tradición, pero apuntar hacia una dirección en el futuro. A su vez, los nombres que siempre pesan, traen consigo un linaje, pero también prejuicios y expectativas. Hacer un Calderón, no es lo mismo si quien lo hace es otro Calderón.
El juego de proponer un Calderón al cubo, tomando una obra que escribió Pedro Calderón de la Barca, interviniendo desde la escritura y la dirección contemporánea tanto Guillermo Calderón como Gabriel Calderón, impone una toma de decisiones.
Hemos decidido quemar la biblioteca- parafraseando a Borges- trabajar con el texto como si estuviese perdido, como si ya no pudiéramos acceder a él, como si lo soñáramos mal, tradujéramos peor, tal vez traicionando a Calderón, pero siendo fieles al Teatro.
En una pequeña ciudad de un pequeño país de Latinoamérica un dinero ruso de dudosa procedencia permite hacer una coproducción internacional del Príncipe Constante. Tiempo después, cuando la obra ya ha fracasado, una cama, aquella cama donde se torturó al Príncipe, es el nudo de pujas, peleas, reclamos, sueños, investigaciones y crímenes.
La constancia del arte, la constancia de la fe y del amor, de la violencia y de las guerras, y sobre todo la constancia de Calderón, un nombre que propone aún hoy, luchas por dar.
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● Acceso al libro El príncipe constante:
El príncipe constante