La huida de la la Unión Soviética fue una caminata larga, alrededor de 7000 kilómetros y más de once meses. En los cuales se vivían momentos de miedo, de hambruna, de caminar en la noche profunda y de esconderse por el día. Pocos conocen la desesperación y el sufrimiento que conlleva; historias de violencia, violaciones y muertes. Solo los que han pasado por algo parecido sabrán reconocer el dolor y la duda existencial de seguir luchando o decidir morir.
La marca diferenciadora de Jo Stromgren Kompani es su denominado “Lenguaje sin sentido”, es decir, un lenguaje inventado (la compañía cuenta con un lenguaje propio). Esta práctica es una dinámica muy conocida dentro del mundo teatral que se suele implementar como ejercicio.
Dicha actividad tiene como objetivo potenciar la comunicación no verbal a través del cuerpo y el tono de voz para transmitir mensajes concretos.
Con esta práctica, el hecho teatral debe adquirir una nueva capacidad que conecte al actor y al público de una forma más intensa. Una de las puestas en escena con la que se puede ejemplificar mejor esta conexión es Orghast, dirigida por Peter Brook en 1971. Orghast presentaba el el mito de Prometeo y fue escrito por el poeta Ted Hughes en un experimento nunca realizado, hasta entonces, en el teatro.
El estreno se realizó en las ruinas de Persépolis, un lugar mítico y fascinante. La temática y el marco escénico, por lo tanto, convergían para crear una atmósfera correcta, a partir de la cual, se indagó en el tipo de interpretación de los actores.
La investigación se centró en la búsqueda de sonoridades inventadas por el poeta, capaces de comunicar por su musicalidad. De manera que el sonido fuera el transmisor del mensaje y no el lenguaje.