Viejos es el título de una obra de teatro de máscaras. Pero ¿qué significa eso? ¿Cuándo surge esta disciplina teatral? ¿En qué consiste un teatro realizado con máscaras?
Tal y como expresó Arturo Bernal, en Europa, Jacques Lecoq fue el gran maestro que, en el siglo XX, comenzó una corriente teatral basada en el movimiento. El uso del movimiento como parte fundamental de la pieza, provocó un cambio estructural en el teatro contemporáneo. Lo cual desmontó la necesidad de plasmar la realidad anterior a dicho siglo.
La primera máscara teatral, la madre de todas ellas, es la máscara neutra, nombrada así a través de la máscara noble de Jean Dasté (discípulo de Jacques Lecoq), procedente del teatro Noh japonés.
Esta incorporación al teatro hizo que se hiciera necesario una acción física en escena, es decir realizar la acción completa. Con este tipo de máscaras la palabra se suprime, la voz no puede usarse a través de estas máscaras que cubren todo el rostro. La proyección hacia el público es completamente muda. Creando un estilo que fomente la imaginación y el mundo poético, donde el cuerpo del actor sea el único conductor de la comunicación. En palabras, de nuevo, de Arturo Bernal, “Un cuerpo vivo, despierto, que escucha desde los cinco sentidos y que, descubre, quizá por primera vez, su capacidad de expresión.”
Sin embargo, en La comedia del arte utilizaban medias-máscaras. Con este tipo de máscaras la voz quedaba liberada para poder emitir textos. El mejor camino para llevar a cabo este tipo de teatro es a través de lo que denominamos gestos sonoros.
La máscara de medio rostro es lo que observamos en Viejos, y el éxito rotundo para que esta disciplina triunfe es hacer que la máscara viva. ¿Cómo hacer posible que un trozo de cuero o de plástico exprese terror, tristeza o alegría? La clave está en la tensión del actor, el movimiento de su cuerpo, el uso de los colores, etc. Pero siempre hay algo dentro de este tipo de teatro que parece “mágico”. La sensación de que la máscara cambia y se mueve en escena.